Los mapas hash, también conocidos como tablas hash, son estructuras de datos que asocian claves con valores de una manera muy eficiente, permitiendo operaciones de inserción, búsqueda y eliminación con una complejidad de tiempo promedio casi constante, O(1).
El funcionamiento de los mapas hash se basa en una función hash, que toma una clave de entrada y la convierte en un índice numérico. Este índice determina la posición en un arreglo donde se almacenará el valor asociado a esa clave. Idealmente, una función hash debe distribuir uniformemente todas las claves en el arreglo para evitar lo que se conoce como 'colisiones'.
function hash(key) {
// Implementación simple de una función hash
let hash = 0;
for (let i = 0; i < key.length; i++) {
hash += key.charCodeAt(i);
}
return hash % arraySize;
}
Cuando dos claves distintas producen el mismo índice, se produce una colisión. Para manejar estas colisiones, existen principalmente dos técnicas:
Encadenamiento: En esta técnica, cada posición del arreglo contiene una lista enlazada de todos los elementos cuyas claves se asignan al mismo índice. Si se produce una colisión, el nuevo elemento simplemente se añade a la lista enlazada correspondiente.
Exploración abierta: En la exploración abierta, si el índice calculado por la función hash está ocupado, la tabla hash prueba secuencialmente los siguientes índices hasta que encuentra uno libre donde pueda almacenar el nuevo elemento.
El rendimiento de los mapas hash depende en gran medida de la calidad de la función hash y de cómo se manejan las colisiones. Una buena función hash y una gestión eficiente de las colisiones pueden mantener el rendimiento cercano a O(1) para la mayoría de las operaciones. Los mapas hash son fundamentales en muchas aplicaciones de software debido a su eficiencia, especialmente en escenarios donde se requiere acceso rápido a los datos, como en sistemas de caché, bases de datos y conjuntos de datos grandes.
Los mapas hash, también conocidos como tablas hash, son estructuras de datos que asocian claves con valores de una manera muy eficiente, permitiendo operaciones de inserción, búsqueda y eliminación con una complejidad de tiempo promedio casi constante, O(1).
El funcionamiento de los mapas hash se basa en una función hash, que toma una clave de entrada y la convierte en un índice numérico. Este índice determina la posición en un arreglo donde se almacenará el valor asociado a esa clave. Idealmente, una función hash debe distribuir uniformemente todas las claves en el arreglo para evitar lo que se conoce como 'colisiones'.
Cuando dos claves distintas producen el mismo índice, se produce una colisión. Para manejar estas colisiones, existen principalmente dos técnicas:
El rendimiento de los mapas hash depende en gran medida de la calidad de la función hash y de cómo se manejan las colisiones. Una buena función hash y una gestión eficiente de las colisiones pueden mantener el rendimiento cercano a O(1) para la mayoría de las operaciones. Los mapas hash son fundamentales en muchas aplicaciones de software debido a su eficiencia, especialmente en escenarios donde se requiere acceso rápido a los datos, como en sistemas de caché, bases de datos y conjuntos de datos grandes.