El 24 de febrero, las fuerzas armadas rusas invadieron Ucrania con aviación, artillería y misiles. Las ciudades y los ciudadanos civiles están siendo bombardeados con batallas que se desarrollan en todo el país. El 53% de los ucranianos ya ha perdido su empleo y más de 3 millones se han visto obligados a huir de Ucrania desde el inicio de la invasión rusa. El miedo a la muerte hace que los ucranianos abandonen sus hogares y comiencen una nueva vida. Mientras el pueblo ucraniano lucha por su independencia y la libertad de todo el mundo civilizado, tiene una gran necesidad de nuevos empleos. El número de desempleados crece cada día: las empresas se ven obligadas a cerrar debido a la destrucción de las instalaciones de producción, la ruptura de las cadenas logísticas, la falta de personal y la pérdida de demanda. A pesar de la guerra, quienes pueden trabajar a distancia siguen participando. Y las personas que perdieron su empleo (por ejemplo, en el sector de servicios) pueden volver a capacitarse y trabajar en empresas de TI. Por lo tanto, igualaremos cada compra
de suscripciones mensuales y anuales con 2 donaciones por tiempo limitado. Con su ayuda, podemos brindar a 5000 ucranianos desempleados acceso gratuito a la plataforma educativa Java de CodeGym para que puedan comenzar a construir su futura carrera.
¿Cómo funciona mi ayuda?
Estamos igualando cada compra de suscripciones mensuales y anuales con 2 donaciones por tiempo limitado. Si ya tenía una suscripción mensual a CodeGym, puede ampliarla a través de este programa de donación que proporciona la misma suscripción por tiempo limitado a 2 ucranianos afectados. Después de realizar el pago, se lo pasaremos a un ucraniano que necesita formación en Java.
¿Quién recibirá la suscripción que estoy pagando?
Se trata de desplazados internos, refugiados y ucranianos que han perdido sus empleos en diferentes partes del país, incluidas aquellas donde se desarrollan las hostilidades.
Aquí hay algunas historias de ucranianos que perdieron sus trabajos:
“Antes de la guerra en Ucrania, trabajaba en una tienda de productos vegetarianos. Amaba mi vida pacífica y mi ciudad, que ahora está arruinada por los ocupantes rusos. Me vi obligado a abandonar mi país natal y trasladarme a Austria. Aunque Austria ofrece un sólido programa de refugiados, necesito urgentemente una nueva profesión digital. Es la segunda vez que pierdo mi trabajo en tres años. Primero, por la pandemia de COVID-19 y ahora por el desastre que le ocurrió a Ucrania”. “Pocas semanas antes de la guerra, comencé un nuevo trabajo como barista. Desafortunadamente, no logré adquirir todas las habilidades necesarias para este trabajo y las perdí debido a la invasión rusa de mi país. Siempre quise poder trabajar en cualquier parte del mundo, pero ahora entiendo que lo necesito porque nunca sabes lo que le puede pasar a tu casa. Entre todas las profesiones digitales, elijo la codificación y específicamente el desarrollo de Java, ya que sé que es uno de los lenguajes de programación más populares a nivel mundial”. “Justo antes de la guerra, trabajé para trasladar nuestro negocio de teñido de productos metálicos de Kiev a la región de Zakarpatia. El 23 de febrero completé nuestra reubicación y estábamos listos para comenzar un nuevo proyecto. Planeamos renovar un teleférico. Lamentablemente, el 24 de febrero comenzó la guerra. Al final del primer día, mi director y yo entendimos que ya no teníamos trabajo. Mi objetivo para el 2022 era iniciar el curso de programación. Pero todos mis planes fueron arruinados por la guerra. Ahora todo el dinero que he ahorrado para educación me sirve como presupuesto de supervivencia”. “Toda mi vida, hasta que Rusia inició la guerra en mi país, trabajé en la industria de la belleza. Fui maquilladora, estilista y luego trenzadora de cabello. El año pasado abrí mi propio estudio de belleza en Odesa. Debido a la guerra, la mayoría de mis empleados se fueron al extranjero, se interrumpió el suministro de los materiales necesarios y la mayoría de mis clientes habituales huyeron. Entonces perdí mi trabajo y mi sueño, que había estado persiguiendo durante muchos años. Tuve que cerrar el estudio. Ahora me doy cuenta de que quiero que mi trabajo sea independiente de la inestabilidad de nuestro mundo. Quiero confiar en mí mismo, en mis conocimientos y en mi computadora. Y Java es el lenguaje que quiero aprender”.
“Antes de la guerra en Ucrania, trabajaba en una tienda de productos vegetarianos. Amaba mi vida pacífica y mi ciudad, que ahora está arruinada por los ocupantes rusos. Me vi obligado a abandonar mi país natal y trasladarme a Austria. Aunque Austria ofrece un sólido programa de refugiados, necesito urgentemente una nueva profesión digital. Es la segunda vez que pierdo mi trabajo en tres años. Primero, por la pandemia de COVID-19 y ahora por el desastre que le ocurrió a Ucrania”. 
“Pocas semanas antes de la guerra, comencé un nuevo trabajo como barista. Desafortunadamente, no logré adquirir todas las habilidades necesarias para este trabajo y las perdí debido a la invasión rusa de mi país. Siempre quise poder trabajar en cualquier parte del mundo, pero ahora entiendo que lo necesito porque nunca sabes lo que le puede pasar a tu casa. Entre todas las profesiones digitales, elijo la codificación y específicamente el desarrollo de Java, ya que sé que es uno de los lenguajes de programación más populares a nivel mundial”. 
“Justo antes de la guerra, trabajé para trasladar nuestro negocio de teñido de productos metálicos de Kiev a la región de Zakarpatia. El 23 de febrero completé nuestra reubicación y estábamos listos para comenzar un nuevo proyecto. Planeamos renovar un teleférico. Lamentablemente, el 24 de febrero comenzó la guerra. Al final del primer día, mi director y yo entendimos que ya no teníamos trabajo. Mi objetivo para el 2022 era iniciar el curso de programación. Pero todos mis planes fueron arruinados por la guerra. Ahora todo el dinero que he ahorrado para educación me sirve como presupuesto de supervivencia”. 
“Toda mi vida, hasta que Rusia inició la guerra en mi país, trabajé en la industria de la belleza. Fui maquilladora, estilista y luego trenzadora de cabello. El año pasado abrí mi propio estudio de belleza en Odesa. Debido a la guerra, la mayoría de mis empleados se fueron al extranjero, se interrumpió el suministro de los materiales necesarios y la mayoría de mis clientes habituales huyeron. Entonces perdí mi trabajo y mi sueño, que había estado persiguiendo durante muchos años. Tuve que cerrar el estudio. Ahora me doy cuenta de que quiero que mi trabajo sea independiente de la inestabilidad de nuestro mundo. Quiero confiar en mí mismo, en mis conocimientos y en mi computadora. Y Java es el lenguaje que quiero aprender”.
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